Como se anticipó, desde ayer inspectores de Seguridad Ciudadana Municipal acompañan a conductores de colectivos urbanos en algunos sectores en horarios de ingreso y egreso de escuelas, producto de hechos de violencia ocurridos en las últimas semanas en transporte de pasajeros, por parte de adolescentes.
“Es comprensible el reclamo de los choferes, porque había riesgo de vida: si tiraban naranjas, y una naranja le pegaba a un chofer, podía haber hecho un volantazo y que un accidente”, dijo Eduardo Rodríguez, secretario de Gobierno de la Municipio, ayer en diálogo con El Diario.
“Es preocupante que la mayoría de los que han tenido este tipo de comportamiento sean menores de edad, y esa forma de relacionarse con los demás”, agregó el funcionario.
Valoró que el tema “debe ser abordado desde la transmisión de la seguridad a los conductores ya través del diálogo entre padres e hijos”. “Creo que es una moda mal entendida. No hay ninguna situación delictiva, y por su edad se lo toman a broma”, opinó.
Al ser consultado, dijo que “no hubo heridos ni delitos contra la propiedad, pero son conductas graves que han puesto en riesgo a otros, por los golpes de naranja”. “Además, la suspensión de rutas, o el desvío, hace posible que un niño esté lejos de casa, y eso los pone en riesgo. Lo mismo que la persona mayor que va a trabajar”, analizó.
Por ahora, agentes municipales y policías de la provincia acompañarán a los conductores en los momentos clave. Rodríguez admitió que “no es una medida que se pueda mantener en el tiempo”, y quiso que se resolviera. Dijo que el subsecretario de Inclusión, Jorge Argüello, ya está trabajando en el tema, con la idea de mantener vínculos con los adolescentes y sus familias.
También han recibido piedras del exterior, especialmente en dos barrios. “Más allá de las piedras y los gomerazos, sobre todo el tema se dio dentro de los grupos, entre los pasajeros”, dijo Rodríguez.
Los casos son una arista más que refleja lo que ya venían advirtiendo docentes, profesionales que trabajan en salud mental y hasta la defensora provincial de la Niñez, Amelia López: la violencia entre los adolescentes creció tras la cuarentena y la larga suspensión de clases presenciales. -cara
Surgió un problema preocupante en los grupos, que va más allá del hecho noticioso.
